El análisis de vulnerabilidades en una página Web, se lleva a cabo a través de diferentes herramientas, metodologías y explotación de vulnerabilidades. En el siguiente artículo, el autor presenta las diferentes etapas que componen dicho análisis; obtención de información, análisis automático y manual con el fin de identificar vulnerabilidades en entornos Web.
¿Por qué los cibercriminales atacan los sitios web? Porque saben que en Internet se mueve mucho dinero. En el año 2002, las ventas del comercio electrónico ascendieron a 76 000 millones de euros y, solo 10 años después, la cifra alcanzó los 175 500 millones. Hoy en día, en 2013, utilizan Internet aproximadamente 2700 millones de personas, lo que equivale a casi la mitad de la población mundial , y eso permite a los hackers hacerse con una gran cantidad datos personales (y dinero) infectando sitios web.
Lo primero que tiene que averiguar es por qué su empresa y su sitio web resultan atractivos para los cibercriminales. Es fundamental conocer las vulnerabilidades basadas en la tecnología y en los procesos, pero además tiene que comprender qué riesgo suponen y qué probabilidad existe de que alguien las aproveche.
El interés que despierta un sitio web en los cibercriminales no solo depende de lo que pueden conseguir al atacarlo: también influye la forma de alcanzar el objetivo. Los sitios web y los servidores en los que se basan presentan numerosas vulnerabilidades y la mayoría de los propietarios no son conscientes de ellas, con lo que a los hackers les resulta muy fácil aprovecharlas.
Por un lado, el alojamiento de sitios web es algo muy sencillo: basta pagar a una empresa que se ocupe de publicar su sitio web. Pero, por el otro, se trata de un proceso muy complejo en el que intervienen varias capas de software y hardware que deben funcionar a la perfección para que la seguridad esté garantizada. Como parece que no entraña grandes dificultades, se tiende a dar por sentado que todo funciona bien. Al mismo tiempo, dado que los detalles técnicos no están al alcance de cualquiera, con frecuencia se cae en la tentación de mirar para otro lado y esperar que alguien se ocupe de ellos.